martes, 7 de octubre de 2008

Cómo hablar de los libros que no se han leído

Este es el título del ensayo de Pierre Bayard, profesor de literatura de la Universidad de París y escritor. Editado por Anagrama después de haber sido un éxito en Francia y Alemania, pretende ser una reflexión sobre la lectura y los libros reivindicando la libertad del lector. Lo curioso es que nuestro amigo Rafa Ballesteros hace unos meses, el 31 de marzo en concreto, publicaba en su magnífico blog DESEQUILIBROS una entrada sobre "los libros que decimos haber leído y que en realidad no hemos leído" y lanzaba un reto para empezar a confesarnos de nuestras mentiras literarias empezando él mismo con el amigo Proust.
Imagino que todos nos hemos visto envueltos en una conversación en la que resultaba demasiado embarazoso admitir que no se ha leído uno El Quijote, o el Ulises de Joyce, por poner dos ejemplos clásicos. A mí todo esto me recuerda a los liberadores "derechos imprescriptibles del lector" que enuncia Daniel Pennac en su divertidísima obra, Como una novela, otro ensayo sobre la lectura editado por Anagrama, a saber:
.- El derecho a no leer
.- El derecho a saltarnos páginas
.- El derecho a no terminar un libro
.- El derecho a releer
.- El derecho a leer cualquier cosa
.- El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)
.- El derecho a leer en cualquier sitio
.- El derecho a hojear
.- El derecho a leer en voz alta
.- El derecho a callarnos

Todos estos derechos glosados por Pennac son una liberación, decía, para todos los lectores empedernidos, rebeldes con causa, que siempre nos negamos a leer las "lecturas obligatorias" (aberración!!!) de todos los planes de estudio que en el mundo han sido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Liberación !!! Esa es la certera palabra que define lo que he sentido al leer la entrada.
Liberación, al saber que ya nunca volveré a mentir diciendo que he leído El Quijote entero o que, por supuesto, la poesía está también entre mis lecturas.
Es absurdo engañarse a una misma que sabe, perfectamente, que no puede con dos poesías seguidas sin pensar que tiene que ir a la tintorería.
Y, gracias, porque has tenido que descubrirme que existen esos derechos. Ahora, cuando lea un libro_de esos que todo el mundo recomienda_ y lo deje en la página 40, sonreiré.
Y, por supuesto, ya no me iré a comprar la colección de Los Cinco al quiosco de ese barrio en el que no me conoce nadie.
Besos (libélula)

Anónimo dijo...

Libélula ha abierto una nueva puerta a la visión de Bayard con su comentario de "Los Cinco". No solo se trata de admitir el no haber leído un libro. Tampoco debemos ocultar haber leído otros. Las sensaciones que transmite la lectura son muy personales, por ello incluso los escritores consagrados despiertan pasiones y odios. A veces no hace falta ni llegar a la página 40. Una sola frase, un estilo literario o una puntuación compleja, te pueden avisar de que el libro no te va a transmitir nada. Siempre podrás aprender algo, es cierto, pero no disfrutarás...y los libros deben disfrutarse. Además hay que desenmascarar a esos "falsos cultos" tan irritantes. Yo desde aquí les dedico unos versos...a ellos y a Libélula:

"Cultiparlista irritante,
desnudad vuestro denuedo.
El falso culteranismo
resulta tan denigrante
que avisaros sólo puedo
que no es brío lo que mostrais,
sino tan solo soporte
en aquello que no es vuestro."

J.L.